Andrea Castañón del bar tienda La Bruxa de Muniellos en Moal: “Hemos conseguido que el chigre de toda la vida sea un espacio para compartir”

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En el mundo urbano, irse al campo siempre ha sido un ideal de fuga hacia la buena vida, y nunca la ciudad nos había apresado tanto como durante la pandemia del coronavirus. De eso sabe Andrea Castañón quien, junto a su marido, el madrileño Pedro Lucas, e hija, Llara, retornó a sus raíces, a las de su padre que tantos recuerdos de la infancia le traían tras pasar las restricciones por el Estado de Alarma en un piso de Madrid. En lo alto del concejo de Cangas del Narcea, situado en Ventanueva, un importante cruce en pleno Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias. Un nudo que también lleva a La Venta, en Posada de Rengos, por donde transitan con destino Moal, Muniellos y San Antolín , y que está a unos 20 minutos de la capital canguesa. Justo ahí se encuentra La Bruxa de Muniellos, un bar tienda que se aferra al territorio y sus leyendas, a sus costumbres y tradiciones, del que esta familia cogió el traspaso y en abril de 2023 abrieron sus puertas dejando atrás otras ocupaciones que nada tenían que ver con la hostelería pero si, en esencia, con sus vocaciones.

En los entornos rurales, los bares se convierten en espacios que van mucho más allá de poder tomar un café. Se transforman en verdaderos centros sociales donde los lugareños y foráneos confraternizan. Pese a ello, esa despoblación rural se ha llevado también por delante a buena parte de estos establecimientos. De hecho, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), más del 60 % de los municipios españoles tienen menos de 1.000 habitantes. Este fenómeno ha llevado al cierre de servicios básicos como colegios, tiendas y centros de salud, dejando a estas comunidades en una situación de vulnerabilidad. Sin embargo, y pese a los datos poco alentadores, Andrea Castañón no lo dudó. “Resistir cuesta mucho, sobretodo en invierno, pero no desistimos”. De hecho, la emprendedora explica que al principio, “las mujeres solas no venían al bar. Me ha costado dos años, pero ya hay un grupín que para al café de la que vuelven de caminar o simplemente para encontrarse con otras y charlar, vienen”. Por ello, “estoy muy contenta porque hemos conseguido que el chigre de toda la vida  sea un lugar para compartir”.

De lo que carecía la zona era de “un espacio familiar, que cuente con los niños y sin pantallas. De un lugar donde estar” pero conservando el bar tienda “de toda la vida,  un servicio que considero que no se puede perder”. Por ello, ofrecen desayunos, bocadillos personalizados con ilustraciones que hacen referencia a la zona, tablas de quesos o embutidos, además de las bebidas. La tienda “tiene un poco de todo”. Los domingos es el día de los juegos de mesa y ajedrez.

En cuanto a la parte creativa, de la que se encarga en exclusiva Andrea, convocan certámenes, como el del mejor tomate o la mejor tortilla, talleres, “de pintura de piedras o la decoración de catrinas” y encuentros, como el Samaín en un entorno tan privilegiado y “mágico” como es la Reserva Natural de Muniellos. Además de vecinos, también atraen a colegios, grupos de amigos, familias y asociaciones.  Los talleres son aptos para todas las edades. Además, La Bruxa de Muniellos alberga presentaciones de libros, conciertos y “está abierta a todo tipo de eventos. Quiero que La Bruxa sea un sitio para todos”.

Y es que Andrea recalca la relevancia de apoyar a los emprendedores rurales “porque sin nosotros los pueblos se extinguirían. Si todos nos apoyamos es bueno para nosotros y para el lugar donde estamos, para nuestro territorio. Hay que tener la mente abierta a los cambios y nuevos aires”.

Nació en Gijón pero ella se considera de Moal, donde vive desde 2023 con su familia tras adquirir una casa en el pueblo y vender todo lo material que les unía a la capital del país, “no me puedo imaginar en otro sitio viviendo que no sea aquí. Lo tengo claro, estoy donde quiero estar”. Es más, “estoy donde siento que tenía que estar”. Recalca que “yo soy de Casa Castañón, la de mi padre. Desde niña él, de profesión enfermero, me contaba muchas historias sobre plantas, sobre los árboles, sobre el bosque. Saberes que primero compartió con él mi abuela”. Por eso, “siempre me he sentido muy conectada con el de Muniellos. Son historias que yo intento transmitir con mis talleres en La Bruxa de Muniellos”.