El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha reafirmado hoy el compromiso del gobierno con la defensa de la igualdad y la lucha contra el maltrato machista, durante el acto institucional del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. “No podemos tolerar esta violencia estructural. Es preciso romper con ella de una vez por todas. Es preciso ver, oír y romper con el patrón”, ha subrayado, al tiempo que ha instado a convertir Asturias “en una sociedad coraje contra el machismo”.
En su intervención, Barbón se ha mostrado firme frente a los discursos reaccionarios: “La igualdad y la lucha contra la violencia de género continuarán en la primera línea de nuestra agenda política. Seguiremos con vosotras en esta batalla que nos interpela como sociedad. Hasta que llegue ese día en el que no haya ni una víctima más ni una mujer menos, no pararemos”.
El jefe del Ejecutivo ha alertado sobre un machismo que ha resistido a lo largo del tiempo y que en los últimos tiempos “ha recuperado fuerzas”. Ante esta amenaza, ha reivindicado las medidas que ha puesto en marcha el Principado “para blindar Asturias frente a la violencia contra las mujeres”. Entre ellas, ha destacado la puesta en marcha del Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales, la extensión del programa Coeducastur, la ampliación de las ayudas para víctimas, el refuerzo de la red de casas de acogida y el incremento de subvenciones a entidades que trabajan con víctimas de la trata y la prostitución.
“Asturias cuenta con recursos disponibles durante las 24 horas del día, con profesionales especializadas y con una red pública preparada para acompañar a las mujeres en cada paso hacia una vida libre de violencia”, ha valorado, al tiempo que ha insistido en que la educación en igualdad es el mejor antídoto contra el maltrato machista.
Barbón también ha tenido un recuerdo para las tres víctimas mortales de la violencia de género este año en Asturias: Karilenia, Susana y Dolores. Además, ha evocado la memoria de Ana Orantes, asesinada en 1997. “España despertó con ella de un letargo de décadas y descorrió la pesada cortina que ocultaba los secretos de cientos de hogares. De alguna manera, la vergüenza empezó a cambiar de bando”, ha indicado el presidente.
En esta jornada, el Principado ha dedicado el 25N a las mujeres mayores de 65 años que han sufrido violencia de larga duración, “conocida pero invisible, silenciada y hasta normalizada”. Barbón ha recordado que Ana Orantes tenía 60 años cuando fue asesinada y ha subrayado la necesidad de acompañar a quienes se han resistido a denunciar por dependencia económica, aislamiento o desconocimiento de recursos.
A continuación, se recoge de forma íntegra la intervención del presidente del Principado, Adrián Barbón, durante el acto.
INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, ADRIÁN BARBÓN
ACTO CONMEMORATIVO DEL DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES
Empiezo con un pequeño homenaje. El 4 de diciembre de 1997, Ana Orantes, una mujer de Granada, contaba ante las cámaras de televisión 40 años de maltrato persistente. Seguro que la recuerdan. Aquel testimonio de terror doméstico narrado en primera persona todavía pone los pelos de punta: “Yo le tenía pánico. Yo le tenía miedo. Yo le tenía horror”.
No le faltaban motivos. Apenas dos semanas más tarde, su exmarido la quemó viva ante su hijo de 14 años. El maltratador que había abusado impunemente de su familia durante cuatro décadas no pudo soportar el señalamiento público, aquel valiente gesto de sacar a la luz, de dejar de apretar los dientes y callar. Pasó de maltratador a verdugo ante el estupor de todo el país.
El pavoroso caso de Ana Orantes, en el que nada funcionó como debía, quebró la ley del silencio que pesaba sobre la violencia de género. España despertó con ella de un letargo de décadas y descorrió la pesada cortina que ocultaba los secretos de cientos de hogares. De alguna manera, la vergüenza empezó a cambiar de bando. Ana Orantes fue el detonante de un cambio que convirtió el maltrato machista en una cuestión de Estado.
El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra los Mujeres lleva por lema este año Ver, oír y no callar. Rompe con el patrón. La primera vez que lo leí, recordé de inmediato a Ana Orantes. El 25 N tiene que servir para fracturar el bucle perverso de silencio y complicidad que perpetúa esta lacra social. Aún quedan muchos recovecos de penumbra y brutalidad.
Sería injusto decir que no hemos avanzado nada. La Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género -que tiene sello asturiano- ha facilitado que las mujeres cuenten con una sólida red de apoyo. Las administraciones han puesto a su disposición recursos legales, psicológicos, sanitarios… también refugios para iniciar una nueva vida en paz, lejos de sus agresores. Sin embargo, las cifras revelan que todavía queda un largo trecho para llegar a ese día en el que no habrá ni una víctima más ni una mujer menos.
Repasemos: en 1997 fueron asesinadas por sus parejas o exparejas 54 mujeres. Este año, ese terrible contador que nos abochorna como sociedad marca ya 38. Aquí, en Asturias, no había habido víctimas mortales en los últimos dos años, pero desde enero llevamos tres: Susana, Karilenia y Dolores.
No podemos tolerar esta violencia estructural. Es preciso romper con ella de una vez por todas. Es preciso ver, oír y romper con el patrón.
Es preciso hacerlo sin titubeos, en todas partes y a todas las edades. Este 25 de noviembre, hemos decidido poner el foco en las mujeres mayores de 65 años que sufren una violencia de larga duración, conocida pero invisible, silenciada y hasta normalizada. Vuelvo a pensar en Ana Orantes, que tenía 60 años cuando la mataron.
Las mujeres mayores suelen resistirse a denunciar, a acudir a los diferentes servicios de ayuda, en definitiva, a romper con el patrón y con el patriarcado. Sabemos que las retiene la dependencia económica, el aislamiento social o el desconocimiento de los recursos existentes. Nosotros, el Gobierno del Principado y toda la sociedad, estamos para lo contrario, para desatar todos esos nudos, para acompañarlas, para que ningún maltrato quede impune. Hemos de saber estar a su lado, porque se lo debemos. Tenemos que hacer de Asturias una sociedad coraje contra el machismo.
En una jornada como hoy, las palabras son oportunas, pero los hechos son imprescindibles. No he venido a plantear una lista de deberes para los demás: como presidente asumo el compromiso en primera persona. También a mí me toca rendir cuentas y explicar qué medidas estamos tomando para blindar Asturias frente a la violencia contra las mujeres.
• Nuestro Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales, que ya ha prestado asistencia a más de mil mujeres, se ha convertido en un recurso de referencia para otras comunidades.
• Este curso hemos extendido el programa Coeducastur a 50 centros de Primaria, porque estamos convencidos de que la educación en igualdad es el mejor antídoto contra la violencia de género. Queremos una escuela totalmente libre de maltrato machista.
• Hemos ampliado las ayudas y, por primera vez, las hemos extendido a las víctimas de violencia vicaria.
• Hemos incrementado los fondos para la red de casas de acogida.
• Hemos aumentado las subvenciones a las entidades que trabajan con víctimas de la prostitución, la explotación sexual y la trata.
Podría detenerme en otros detalles, pero lo sustancial está recogido en estas cifras: Asturias cuenta con recursos disponibles durante las 24 horas del día, con profesionales especializadas y con una red pública preparada para acompañar a las mujeres en cada paso hacia una vida libre de violencia.
Nuestro compromiso es real, duradero y tangible. Seguirá siéndolo. Vosotras sabéis que el machismo nunca ha desaparecido. Jamás ha dejado de estar ahí, visible u oculto. Parecía que se limitaba a resistir, pero ahora, en los últimos tiempos, estamos viendo que ha recuperado fuerzas. Dicen, con razón, que existe una internacional reaccionaria. Les falta añadir que su primer embajador es el machismo, el desprecio de la igualdad y el odio al feminismo.
Que sepan que no vamos a ceder. En el Gobierno de Asturias, no. La igualdad y la lucha contra la violencia de género seguirán estando en la primera línea de nuestra agenda política. Seguiremos estando con vosotras en esta batalla que nos interpela como sociedad. Hasta que llegue ese día en el que no haya ni una víctima más ni una mujer menos, no pararemos.
¿Sabéis lo que haremos? Pues ver, oír y no callar. Vamos, juntas, a romper con el patrón.

























