Estefanía González, alcaldesa: “Villayón necesita población joven emprendedora”

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Estefanía González se convirtió en 2016 en la primera mujer en alcanzar la alcaldía en el concejo de Villayón, y también de toda la cuenca del Navia. El esfuerzo y el tiempo que se necesita para atender la alcaldía de un pequeño pueblo es un hándicap: “un alcalde rural tiene que estar a todo. Haces desde labores administrativas, de marketing o  visitas obras”. En el Ayuntamiento está de 8 horas a 15 horas, pero “tienes que estar pendiente de todo las 24 horas. En ese horario saben que te pueden localizar en el Consistorio pero por la tarde, si algún vecino me necesita me llama. Todos tienen mi móvil. Siempre estoy disponible”. Hoy día que se habla tanto de la España vaciada González considera que las administraciones tienen que tener voluntad de apostar por el medio rural con medidas de apoyo claras, como las infraestructuras, formación, telecomunicaciones, atención a los servicios o desgravaciones y beneficios fiscales. Siguiendo la línea de su antecesor, el ya fallecido Ramón Rodríguez, “tanto el Impuesto sobre los Bienes Inmuebles (IBI), rústica y urbana, como para vehículos son los más bajos que se pueden aplicar”. Al igual que “las licencias de obras con un 3%. No hay afán recaudatorio”. Su municipio, con casi 133 kilómetros cuadrados distribuidos en 51 pueblos, cuenta con 1.200 habitantes, y más de “el 50% de la población supera los 65 años”.  Natural del Valdés, llegó al municipio hace 25 años. Hasta las últimas elecciones y durante 18 años, fue funcionara del Consistorio y aunque la dinámica del trabajo la conocía, “fue mucho cambio estar en primeria línea, el puerta a puerta con los vecinos”.

-¿Qué necesita el concejo?

-Villayón necesita población joven emprendedora. Es fundamental, en el medio rural no podemos fantasear con la idea de que  grandes empresas vengan dando empleo sino que debemos basarnos en el emprendimiento, y ser emprendedor rural requiere que se desarrolle en distintas ramas y se complementen unos con otros.

-¿En qué cree que se puede emprender?

-Por ejemplo, la naturaleza puede abrir oportunidades. Están viniendo empresas de fuera a explotar los recursos que tenemos aquí y lo podríamos hacer nosotros. En cuanto a los productos agroalimentarios, la clave está en la diversificación. La miel, la faba o la ganadería de carne, son productos que se complementan entre sí. Muchos jóvenes de los que en su día decidieron quedarse en el concejo con una ganadería de leche están diversificando. Aquí uno no puede especializarse. El ejemplo lo tenemos con Inmaculada Adeba, de la yeguada y hotel rural Albéitar, Mujer Rural 2020 premiada por la Red Asturiana de Desarrollo Rural (READER).

-Y en cuanto a infraestructuras, ¿qué precisa?

-Ya se está haciendo imprescindible una residencia para personas mayores. Tenemos una población envejecida. Más del 50% supera los 65 años. Nuestros mayores ya no serían tan reacios a admitir que ya no pueden seguir en sus casas ni en su medio si pudiesen quedarse en su zona. Tenemos el ejemplo en el municipio vecino de Boal, que en tres meses cubrieron sus plazas. Ya tuve distintas conversaciones con el Gobierno del Principado. Nosotros ofrecemos terreno pero pedimos una ayuda a la construcción. Pero de momento no conseguí que se impliquen en la inversión inicial. Pero no me voy a rendir, además una residencia sería una generadora de empleo lo que sería relevante para el concejo.

-¿El acceso a internet?

-Es prioritario, pero también la cobertura de móvil. En estos momentos estamos en negociaciones para una parte en concreto del concejo donde se está instalando un parque eólico, para que la empresa nos dé electricidad a través de un molino y  poder así colocar un repetidor. A su vez, buscamos una operadora para dar cobertura móvil a esos pueblos. Tenemos muchos núcleos que solo tienen el teléfono fijo rural y no pueden acceder a la conexión a internet, hoy indispensable para fijar y atraer población. Con el teletrabajo es fundamental.

-En materia de conciliación ¿tienen escuela de 0 a 3 años?

-Hasta ahora por la dispersión no fue prioritaria. Pero ahora, que la población se concentra entorno a los núcleos cercanos a la capital del concejo podría tener viabilidad. Se podría ubicar en las instalaciones del colegio público, apenas hoy ocupadas por 50 alumnos.

-A día de hoy no registraron ningún caso de Covid-19, ¿cómo fue la gestión durante el Estado de Alarma?

-La atención a nuestros mayores fue preferente. La red de ayuda a domicilio, compuesta por 15 personas, doblegó esfuerzos y amplió competencias. Al tener los núcleos tan dispersos su labor fue esencial teniendo en cuenta que sin su presencia habría casas que no tendrían visitas en toda la semana. Atendían incluso las necesidades, en cuestión de medicación y alimentación, de todos los vecinos de los pueblos a los que acudían. Se hizo todo lo necesario para que la población no se moviera de sus casas. Asimismo, a través de ellas, el colegio les hacía llegar los deberes a todos aquellos alumnos carentes de conexión a Internet. En general, a todos los mayores de 60 años se les hizo un seguimiento telefónico para comprobar que se encontraban bien.

-Durante las restricciones de movilidad, ¿el centro de apoyo diurno suspendió la actividad?

-Sí, pero no lo hizo la cocina. Se realizó un servicio de comida a domicilio. Conseguimos abrir el centro, dependiente del Ayuntamiento, en julio. Algo básico para nosotros. Hay personas con movilidad reducida que ya, por estar tanto tiempo en sus casas sin atención especializada, la perdió totalmente. Al  centro de día acuden 20 ancianos, para nosotros era de suma necesidad que nos permitieran abrir sus puertas de nuevo.