La escuela ‘Fademur’ aterrizó en Asturias

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El peso de las mujeres en el sector primario es mayor que hace 10 años, al menos entre las titulares que ya casi alcanzan el 30% del total. Sin embargo, hay menos mujeres trabajando oficialmente en tareas agrícolas que antes de la crisis de 2008. De hecho, han bajado del 40 al 31%. La mayoría siguen cobrando, en salarios o jornales, por debajo de los 1.000 euros mensuales y, además, el paro entre ellas es mucho más elevado. Estos son los datos que se barajan en el último Censo Agrario del Instituto Nacional de Estadística, que además documenta que las mujeres representan el 28,6% de los propietarios de explotaciones agrícolas en España en 2020, de manera que habrían incrementado un 22% en una década más o menos. No obstante, la brecha de género supone pérdidas millonarias al sector cada año. Se calcula que de 38.500 millones de euros, casi el 3% del PIB -según el informe ‘Coste de oportunidad de la brecha de género en el medio rural’ de la Fundación La Caixa, publicado en febrero de 2022-. La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales -Fademur- con la Escuela ‘Fademur Vuela’ se sirve de la digitalización para reducir la brecha entre hombres y mujeres en el medio rural con la llegada a la región de la primera edición del curso de pilotaje de dron en el que participan una treintena de emprendedoras asturianas, una formación enmarcada en el programa Plan Allen Rural, y de la mano de la filial asturiana de la organización: la Asociación de Mujeres Campesinas de Asturias, AMCA.

Se trata de una iniciativa que busca promocionar el desarrollo de la agricultura sostenible para empoderar a las mujeres en áreas rurales españolas. Esta propuesta se dirige a la creación de empleo y al dimensionamiento de las explotaciones y las empresas en el sector agroalimentario, entre otros.

La productora de faba asturiana y verdina Ana María Acevedo es una de las 30 beneficiarias del curso de manejo de dron de Fademur. Acevedo tomó el relevo de sus padres y en 2017 instaura Flor Galana, una explotación agrícola integrada de carácter familiar en Coaña. Junto a su marido, Sergio Suárez, este titular de Fabas La Estela, representan las principales firmas productoras de fabas de Asturias certificadas con la etiqueta de calidad de la Identificación Geográfica Protegida -IGP-. Entre ambos computan entorno a las 20 hectáreas de sembradas esta campaña de alubia de granja, a las que se suman otras tantas de verdina. Arquitecta de formación, afirma que la “formación nunca está de más”. Por ello, y teniendo en cuenta que es un ámbito que aunque “a día de hoy no se esté utilizando aquí en Asturias para aplicaciones de fitosanitarios, permitirá ser más precisos, o para control de cultivos creo que cara al futuro el dron será una herramienta interesante también para control y vigilancia”.

Estos cursos de drones, impartidos por todo el país, sirven a las participantes para obtener, de forma gratuita, la titulación de pilotas a distancia de UAS/drones en categoría abierta, A1/A3, A2 y STS01 y STS02 certificado por AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea). Asimismo, brindarán la certificación de Fotogrametría, que proporciona las técnicas para realizar mapas y planos de grandes extensiones de terreno por medio de la fotografía aérea. La formación consta de 80 horas, de manera predominantemente online que se complementan con sesiones prácticas y exámenes presenciales. Tras una primera parte sobre pilotaje, las alumnas optarán a una especialización, también gratuita, en aplicación de drones en agricultura de precisión o en drones con fines audiovisuales.

Se trata de un proyecto realizado con la colaboración de IKEA que busca dar respuesta a tres pilares fundamentales: la transición ecológica, el bienestar y la salud, y el reto demográfico.

Cristina Secades, reconocida por BBVA como mejor productora sostenible

Una decena de productores concienciados con la sostenibilidad de sus productos han sido premiados por BBVA y El Celler de Can Roca por destacar en la gestión de prácticas sostenibles en el ámbito medioambiental, por impulsar el medio rural, el relevo generacional y la inclusión social, y entre ellos se encuentra la finca Terramor, gestionada por Cristina Secades, conocida por su marca comercial Kiwin Bio. Secades, también se encuentra inmersa en la formación del manejo del dron. De hecho, la productora destaca la importancia de las nuevas tecnologías para ser eficientes.

Y es que explica que los tratamientos del manzano para “la Carpocapsa, el gusano de la manzana típico, ahora lo estoy haciendo a mano con la administración en ecológico de una bacteria específica para atacar la plaga”. Esta metodología, “conlleva tiempo y esfuerzo, y la eficiencia no es la misma porque pierdes producto aunque lo suministres en las mejores condiciones, sin viento. La aplicación no es tan precisa como lo puede hacer un dron, justo en el punto que te interesa”.

Kiwin Bio fue reconocida por BBVA por “destacar por su modelo de producción sostenible sobre los 200 candidatos inscritos”. El galardón, además de darle visibilidad, también implica la realización de una receta de Can Roca con sus kiwines, algo “que me hace también mucha ilusión. No sé que van hacer todavía, pero estoy muy contenta”. Secades apunta que le otorgaron el premio por “sostenibilidad y estar certificada en ecológico, además de ser un producto innovador”.