Sustituciones ganaderas: conciliación entre la actividad ganadera y la vida personal

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Si algo ha puesto de manifiesto la pandemia es la importancia de las zonas rurales como refugio ante el coronavirus. Cientos de asturianos han optado por migrar hacia áreas menos pobladas, generalmente a sus lugares de origen, a sus pueblos, y proseguir desde allí con su vida cotidiana. Historia bien diferente es que algunos de estos municipios tienen problemas, generalmente derivados por carencias en servicios, infraestructuras y comunicaciones, que dificultan asentar este éxodo urbano. Realidades como el teletrabajo o la digitalización de prácticamente toda la actividad económica no es una tarea fácil de asegurar en según qué zonas de la denominada España vaciada. Sin embargo, son más las oportunidades abiertas por la emergencia sanitaria para innovar en unos espacios condenados casi al olvido. Con una crisis tan profunda como la provocada por la Covid, la economía social tiene más sentido que nunca. Las áreas rurales conocen a la perfección sus entornos locales, de proximidad, aunque les cuesta verse a sí mismas como polos de innovación. No todo es tecnología, y la mano de obra es imprescindible. Y con el ganado, que no entiende ni de domingos ni de festivos hay oportunidad de negocio. Así lo vieron Beatriz Riesgo Parrondo y María José Fernández Pérez, Coté, que desde el pasado mes julio se dedican a las sustituciones ganaderas. “La verdad que empezamos un poco a la aventura, por buscar una salida laboral y hasta el momento no tuvimos queja y eso vale mucho. Te anima a seguir”, destaca Beatriz.

Y es que, ambas, durante años se emplearon en el sector servicios, en hostelería, pero la crisis por el coronavirus les hizo replantearse la vida: “no se puede subsistir trabajando un par de días a la semana. Incluso con el cierre de los establecimientos hosteleros, en Erte, estuvimos meses sin cobrar. Había que buscar una alternativa y a mi las vacas siempre me gustaron”, añade la Beatriz, que nada sabía de la vaca frisona, en su familia hay tradición de ganado de carne pero con decisión se puso a ordeñar. Su vocación ganadera la desempeña ahora, no en titularidad, pero si en manejo: “si que me hubiese gustado incorporarme pero en casa ya están mi madre y mi hermana. No podemos aumentar cabezas porque no hay capacidad y con el mismo número de vacas nos llevarían la ganancia los gastos solo pagar los tres seguros”. Por su parte, Coté, sí que tiene experiencia familiar con vacas de leche pero “no se me había pasado por la cabeza dedicarme a la ganadería”. No obstante, reconoce que aunque “esto surgió como una necesidad es un mundo que me gusta y le veo futuro”.

Enfocar la ganadería como un medio de vida hizo que se organizasen para ofrecer un servicio que le brinda al titular de la explotación la posibilidad se ser sustituido de las labores de la granja, como lo es el ordeño de las reses o la limpieza de la cuadra, para que puedan descansar o cubrir imprevistos. En definitiva, les permiten conciliar la actividad con la vida personal. Con seis meses de andadura, ya cuentan en agenda con tres explotaciones fijas y una docena de ganaderías, a las que están muy agradecidas por su confianza, “que aunque no nos llamen todas las semanas sí vamos cada dos o tres”. Además, “ya nos están preguntando, cara a la campaña de ensilado, si podríamos trabajar tres o cuatro jornadas a la semana para liberar al titular y que puedan desarrollar las labores de campo”, resalta Beatriz.

De confianza

Las nuevas iniciativas empresariales tienen un bajo índice de continuidad y, en este contexto, las mujeres son las más perjudicadas estadísticamente. Pero hay un buen número de ellas que encaran el pesimismo con decisión, que no se amedrantan ante el trabajo duro y las vicisitudes que implican vivir de un sector que muchos proclaman en continuo declive. Trabajan duro, por supuesto. Éxito, en aumento. La salense explica que “cuando nos encargan acudir a una nueva explotación nos gusta ir unos días antes para conocer al responsable de la ganadería. Da más confianza. Cada cuadra tiene su truco y así te explican cómo quieren que se hagan las cosas”.

Cubren la zona de Tineo, de la que se encarga Beatriz, además de Salas, Grado y Las Regueras, comprometida por Coté. Pero aclaran que “nos ayudamos la una a la otra”. El boca a boca funciona. Personas como Falo, gerente de una empresa veterinaria en La Espina, Salas, son las que han ayudado a darse a conocer a estas emprendedoras que se están abriendo camino hasta Llanera, aunque reconocen que “preferimos centrarnos en estos municipios y no irnos muy lejos”. Se amoldan a cada ganadería, con total flexibilidad. Su empresa Sustituciones Ganaderas ByC puede seguirse en Facebook y puede localizarse en los siguiente teléfonos de contacto: 616 955 335 y 661 821 984.