Verdenaz, el ejemplo de cómo emprender con éxito en el medio rural

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Una imaginación y creatividad repleta de mundos fascinantes y unas manos capaces de convertirlos en adorno floral. Transforma hogares, eventos y citas, en inolvidables emplazamientos y jornadas de ensueño con arreglos en flor que transmiten sentimientos, personalidad, dedicación, respeto hacia la naturaleza y exclusividad. María Torres Murcia es oriunda de Valencia, pero “yo siempre digo que soy de aquí porque llevo en Asturias más de 30 años”, ríe. Con la idea de forjar su vida en la región, acompañada por su marido, quien sí tiene raíces asturianas, la casualidad la llevó al enclave de Prelo, municipio de Boal, y todo comenzó porque “me gustan mucho las flores y se me da muy bien trabajar con ellas desde siempre”. No obstante, esta emprendedora estuvo formándose, “y mucho, en Valencia para hacer diseño floral”.

Y así, en 1999, con asiento en el bajo de su hogar, nació ‘Verdenaz’, un taller floral, un espacio creativo donde “yo por el paisaje que tengo, privilegiado, me inspiro en la naturaleza”. Aunque está abierta al público, no es una floristería al uso, “nunca he querido que lo fuera porque si no, no dispondría de tiempo para crear”. Además, el lugar quizá, de inicio, tampoco lo permitía: “pensé que si abría una floristería no iba a poder vivir en Prelo, que era lo que realmente quería. Todas las distancias son grandes y si tenía que irme a un núcleo más grande a trabajar me perdía vivir aquí y quise por todos los medios emprender en mi pueblo”. De este modo, ha conseguido ser más “creativa, o eso intento, diferente e innovadora”. Ofrece servicio de bodas, de ramos de flores en fresco y en seco, y, en general, “de cualquier elemento floral” elaborados con una sensibilidad exquisita, la que se respira, conjugada con la delicadeza y entrega de María,  en su taller. Principalmente, trabaja el occidente asturiano. Ante el volumen de trabajo prioriza su zona pero no descarta ampliar territorio.

Una vez por semana, los viernes, baja a Navia para entregar los pedidos pero a raíz de la pandemia “la gente quiere venir hasta aquí a recoger los encargos. No se si es que valoran más lo local o quieren ver otras formas de negocio pero está muy bien porque estoy un rato con ellos, charlando incluso nos tomamos un café”.

Confiesa que no tiene un presupuesto estándar para su labor porque lleva a cabo un trabajo “muy personalizado. El ramo de novia es único para ella. Se lo diseño según su estilo, personalidad, sus rasgos físicos y lo que yo veo y me inspira cuando estamos en la entrevista previa”. De hecho, y es algo que considera muy gratificante “cada novia me dice que su ramo es el más bonito”.

‘Verdenaz’ ha ido evolucionando y adaptándose a los tiempos. “De lo que empezó no tiene nada que ver con lo que es ahora. Ha ido cambiando mucho y yo creo que para bien”. Para que un negocio prospere en un enclave rural “creo que tiene que ir acondicionándose, viendo las necesidades y yo creo que lo he conseguido. No puedes centrarte solo en los clientes de la zona porque hay muy poca población. Tienes que ir buscando fuera, tanto vendiendo online como zona costera”. De hecho, se inició diseñando con flor seca porque creía “que las distancias eran muy amplias. Hoy tengo proveedores que vienen más a menudo. Antes venían una vez por semana y era inviable trabajar con flor fresca”.

Salvar obstáculos

Tras más de dos décadas de trabajo, esfuerzo y dedicación, consiguió salvar las dificultades que el entorno le instaba. Hasta hace tres años “los proveedores no querían subir hasta aquí. La carencia en infraestructuras; ahora nos están instalando la fibra óptica pero al principio tener un escaparate y dar a conocer tu trabajo fue complicado. En el taller no tengo, funcionaba el boca a boca, pero no tenía cómo mostrar los diseños”. Hoy, con internet y las redes sociales “he conseguido un buen escaparate y puedo vender a cualquier punto de España. En 24/48 horas los envíos están en cualquier punto de la península”. Por otro lado, reconoce que una de las ventajas de vivir en el medio rural es que los clientes “son más fieles: te tienen mucho más presente. Tengo clientas que me llaman que me dicen que necesitan hacer un regalo o para un cumpleaños. Incluso de fin de semana”.