Esencia natural y sostenible

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La ciudad no cubría sus necesidades. Pese a todas las posibilidades que le ofrecía Madrid, Celia Serrano sentía que en la capital no podía llevar a cabo una de sus principales prioridades: el bienestar y contacto con el medio. Llegó a Asturias “enamorada de la naturaleza. Llevaba muchos años con muchas ganas de venir aquí”. Por datos y estadísticas, habitamos un planeta urbano, donde más de la mitad de sus 8.000 millones de personas viven en ciudades. El campo, o lo que queda del medio rural, es esa cosa extraña e idealizada que aparece en el fondo de escritorio de las pantallas o donde los humanos acuden vestidos de ropa técnica. Quizá también ese lugar vacío al que regresar buscando un no sé qué, que se echa en falta. Todo es naturaleza, dice Gary Snyder, el poeta beat -movimiento ecologista estadounidense-, porque la naturaleza “no es un sitio que se visita”. La naturaleza es “nuestro hogar”. Así lo sentía Celia, quien hace seis años creó en Cabranes Ablana Cosmética, un proyecto artesanal de elaboración de cosmética a partir de aceite de avellana asturiano “cuidando mucho la calidad de todos los ingredientes”. Destaca, que es una iniciativa  unipersonal, “estoy sola en un proyecto que trata de reivindicar la revitalización del medio rural, habitar el campo de otra manera con formas nuevas de generar economía y que promuevan la salud de las personas y el cuidado de la naturaleza”.

“Venía a Asturias porque el trabajo me lo exigía”, explica. Por ello, conjugó su “idea de emprender”, buscando “una forma de vida que me permitiera crear un autoempleo” en el medio rural, junto con su interés por “la naturaleza y los beneficios que puedan aportar las plantas, y que estaba enamorada de Asturias”. Antes de aventurarse con Ablana Cosmética, Celia explica que “trabajaba en un campo muy distinto, como el estudio y conservación de fauna”. Su interés por los ungüentos naturales la llevó a estudiar y advertir los efectos nocivos en la salud de los ingredientes convencionales de la industria cosmética. “Aunque en dosis bajas no son dañinos, al aplicártelos día a día por acumulación acaban siendo perjudiciales. Comprobé que los ingredientes naturales no solo son más saludables, sino de mayor calidad”, afirma.

“Calidad extraordinaria”

Asimismo, la ayudó a corroborar la calidad del aceite de avellana asturiano, que “es un producto poco conocido y tiene una calidad extraordinaria”. De ahí, “surgió la idea de Ablana Cosmética, de crear una línea de productos basada  en este ingrediente que tiene  muchísimo valor”. Y es que, en general, Celia destaca que “los productos derivados de este ingrediente no están siendo todo lo aprovechados que podrían aquí en la comunidad”. Por eso, “creo que este proyecto está teniendo una buena acogida porque son productos de mucha calidad”. El aceite de avellana, del que la bastecen productores de diferentes puntos de la región, “tiene unas propiedades muy importantes para la piel como es la vitamina E, que es apto para todo tipo de pieles y es muy antioxidante”.

En su catálogo, al que se puede acceder a través de su página web (www.ablana.es), aparecen cremas, champú -su best seller-, acondicionador, aceites, entre demás variedad cocinados de manera artesana y natural en su laboratorio en el vivero de empresas de Santolaya, y desde donde distribuye los productos por internet. “Y como jamás usamos nada que no proceda de la naturaleza, aquí dentro huele a rosas silvestres, a caléndula, a lavanda, a avellana y a llantén”, reza su portal. “Estar posicionada en el mercado me ha costado mucho trabajo pero al final el camino ha sido productivo. Porque la base del proyecto era la calidad y la identidad de la tierra y eso está muy bien aceptado por las gentes de Asturias, que valoran este tipo de productos”.

Puedes encontrar a Celia en el mercado mensual de Cabranes -El Tenderete-, que se celebra el segundo domingo de mes y en el mercado Artesano y Ecológico de Raíces -de mayo a octubre-. Asimismo, previa cita, se puede visitar en su taller.